domingo, 14 de junio de 2015

Cuarenta y un años

Dígamos que precisamente no son cinco, diez, quince, veinte ni treinta años. Son ciertamente muchos años para casi todo, pero sobre todo, y de eso va este blog, para enterarse de que todo lo que te habían contado, todas tus creencias, todos las historias sobre los grandes hombres, en general todos los referentes sobre los que solemos apoyarnos, son interpretaciones, interesadas las más veces, llegando a veces simplemente a la categoría de mentira.

Esto puede parecer una simpleza para empezar un blog, algo incluso ya muy visto, pues no son pocos los sitios en internet que se dedican a esta tarea. Con nombres similares a estos que pongo (me los invento) como Realidad Alternativa, Revisando la versión oficial, La historia que no te contaron, y un largo etcétera de webs creadas por gente, más o menos honesta, casi siempre de forma desinteresada, que intentan concienciarnos de la manipulación de la historia o sucesos que hacen los medios oficiales para acomodar cada historia a la línea de pensamiento prevalente.

Cuando llevas una vida anodina (en su significado antiguo: sin dolor), sin complicaciones, estrictamente porque huyes de ellas cueste lo que cueste, no necesariamente porque no tengas criterio propio ni sepas fehacientemente que te la están clavando, entonces todo esto se hace más llevadero. Incluso si un buen día, descubres que todos tus referentes sobre los que apoyas tu realidad son falsos, pues das una vuelta de tuerca y te acomodas de nuevo.

El problema viene cuando has pretendido llevar el estilo de vida contrario, inconformista, dudando de todo lo ya establecido, intuyendo que las cosas no cuadran, no son así, falla algo en la historia oficial. Entonces se pone uno, por el inconformismo, a investigar y desenmascarar. Pero claro, para toda tarea no se puede partir de cero. Necesitas unos mínimos valores de los que partir, mínimos pero sólidos.

No es muy díficil. Echas un vistazo a la sociedad, al mundo en el qué te han soltado, y observas el comportamiento de las personas. Ahora lo único que tienes que hacer es pasarlo todo por el filtro de la razón. Ya lo tienes, infinitos paradigmas en la sociedad de como afrontar el mundo en el que vivimos sin ninguna base argumentada. Siempre se ha hecho así. Todas las creencias, todas las formas de vida, todos los ídolos, todos estos uno por uno los vas desenmascarando, dejándolos sin argumentos reales y azuzando a tus congéneres que cambien de forma de vida, porque están basadas en tradiciones y creencias que no son ciertas o al menos no te obligan a comportarte de tal o cual manera.

Cuarenta y un años. Muy satisfecho de mi tarea, o con el modo de vida que he elegido en el que los principios sólidos necesarios son muy pocos: mirar al mundo y echar por tierra toda vivencia que no se ajuste a la razón.

Pero había un terrible error en mi planteamiento: el mundo en el que me soltaron no funciona como yo creía. De hecho, no tenía ni idea de como era ese mundo o, dicho de otro modo para explicarme mejor: otro mundo es posible. El modelo de mundo es también una convención, no toca hoy profundizar el por qué de esta conclusión. Aquí mundo se refiere a la humanidad y sus interrelaciones básicas, continentes, instituciones, sociedades, asociaciones, etc. No estoy hablando de modelos político-económicos como puedan ser el Capitalismo, el Comunismo o el Fascismo, que se pueden imponer a escala local o mundial. Tampoco de buenos y malos según la industria de Hollywood, también tengo esto superado. Hablo de que todo el orden mundial existente es controlado y mantenido por los poderosos. Pero tampoco me refiero a las guerras que se producen por intereses particulares de los países, no. Me refiero a algo tan básico como que este orden me llega hasta mi casa, mis vivencias, mis pertenencias, mi desayuno, mis medicinas, mi coche, mi casa, mis suministros, mis enchufes, lo que como y bebo, lo que veo, lo que oigo y lo que leo. Pero también mis preferencias políticas, mis deportes favoritos, etc.

En resumen: tengo la ilusión de poder elegir libremente porque el mundo me presenta muchas opciones, pero es ilusión porque no son ni de lejos todas las opciones.

Pero ¿quién decide que esto sea así? Pues para no parecer conspiranoico y utilizar nombres secretos como Illuminati o por el estilo, voy a usar un término sencillo, que he leído recientemente, pero sin ambajes: el poder. Ya digo, hoy no me extenderé en quién conforma el poder, solo que existe, personas cabe aclarar y que se manifiesta en todos los ámbitos de nuestra vida.

Es muy fácil resumir mis ideas en una referencia conocida: el mundo de Matrix como metáfora de mundo diseñado por partes interesadas. Claro, que en esa película el mundo es virtual, programado informaticamente, un extremo de control, mientras que yo creo que nuestro mundo es real de realidad, aunque se pueda construir otro modelo con todas las opciones.

Hasta mis evaluaciones o análisis de las cosas estaban hechos a través de una razón formada en criterios y argumentos sesgados, variados pero no todos los posibles, deliberadamente ocultos.

Para acabar por hoy: De nada sirve ser un librepensador dotado de una poderosa razón si la atalaya desde la que miras a tu civilización ha sido diseñada por otros.